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5 maneras de reforzar la salud del corazón de forma natural

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El colesterol elevado es un problema frecuente. Y también es un tema complicado y algo controvertido. El colesterol suele dividirse en dos tipos principales, el LDL y el HDL. Por lo general, el colesterol LDL se denomina colesterol “malo”, y el colesterol HDL se denomina “bueno”. Sin embargo, antes de hablar de los enfoques naturales frente al colesterol elevado, debemos abordar algunas de las controversias sobre las investigaciones publicadas sobre el colesterol y las enfermedades cardíacas en general.

El colesterol y las controversias sobre el tratamiento del colesterol

Los medicamentos con estatinas para reducir el colesterol son un gran negocio. El medicamento más vendido de todos los tiempos es Lipitor, una estatina para reducir el colesterol. Las ventas de Lipitor a lo largo del tiempo superan los $150 mil millones. Esto crea grandes y evidentes incentivos financieros para fomentar el aumento y la continuidad de la prescripción de medicamentos para reducir el colesterol.

De ahí que necesitemos estudios de investigación abiertos e imparciales para evaluar su eficacia. Lamentablemente, la estructura actual establecida para la publicación de las investigaciones sobre los medicamentos para el colesterol plantea algunas cuestiones y preocupaciones importantes.

Los estudios sobre el colesterol patrocinados por la industria se canalizan casi todos a través de una sola organización. Este grupo de investigadores tiene vínculos financieros con la industria farmacéutica. Es el único organismo que tiene acceso a los datos brutos de la mayoría de los estudios publicados sobre terapias para el colesterol. Esta confidencialidad de los datos es motivo de gran preocupación, ya que las investigaciones han demostrado que el reanálisis de los datos de los ensayos clínicos por parte de un organismo independiente suele arrojar resultados distintos. Aunque el grupo de investigación se ha ampliado hace poco para incluir un grupo de supervisión independiente, aún quedan interrogantes.

Una de las mayores expansiones del uso de medicamentos para reducir el colesterol se dio con motivo de la prevención primaria de las enfermedades cardíacas. La prevención primaria es el uso de medicamentos para reducir el colesterol en pacientes de bajo riesgo con colesterol elevado para tratar de prevenir las enfermedades cardíacas. Un editorial publicado en 2016 en The Journal of the American Medical Association hace una afirmación contundente sobre la calidad de la evidencia de los medicamentos con estatinas para la prevención primaria. Los autores afirman que la evidencia ni siquiera alcanza el nivel de grado B o grado C. En otras palabras, las investigaciones que respaldan las recomendaciones para reducir el colesterol elevado en pacientes de bajo riesgo son de muy baja calidad.

Parte del problema incluye la escasa metodología de los estudios permitidos antes de 2006. La mayoría de los primeros estudios sobre las estatinas son posiblemente sospechosos. Resulta interesante que los ensayos clínicos de mejor calidad publicados después de 2006 no han mostrado beneficios generales a la hora de reducir la mortalidad con las estatinas. Si las enfermedades cardíacas son la principal causa de muerte, y el colesterol es el culpable, cabría esperar que la reducción de los riesgos de muerte mediante la disminución del colesterol tuviera algún beneficio definitivo.

Sin embargo, en general no se ha encontrado eso con las últimas investigaciones. Basándose en todos los problemas, algunos investigadores en 2016 llegaron a decir que la eficacia y la seguridad de las estatinas no se “basan en las investigaciones”. Teniendo en cuenta este desorden en la literatura publicada sobre las terapias para reducir el colesterol, ¿qué podemos recomendar en definitiva?

¿El colesterol elevado es malo?

Desde hace años se sabe que el colesterol LDL elevado puede ser consecuencia de problemas genéticos. Los pacientes que padecen esta enfermedad, conocida como hipercolesterolemia familiar, suelen desarrollar enfermedades cardíacas a una edad temprana. Se considera la “condición modelo” que demuestra la relación entre el colesterol y las enfermedades cardíacas. Y demuestra claramente que el colesterol realmente elevado aumenta el riesgo de sufrir enfermedades cardíacas y de morir. Pero como la mayoría de los aspectos de la medicina, la idea de que el colesterol siempre es malo parece ser una simplificación excesiva.

Aunque los estudios son muy controvertidos, éstos han demostrado en repetidas ocasiones los beneficios protectores o la reducción de los perjuicios del colesterol elevado a medida que las personas envejecen. Después de los 65 años, los datos indican que el aumento del colesterol total, del colesterol LDL y del colesterol HDL puede proteger la salud en general y reducir la mortalidad. El colesterol interviene en la respuesta inmunitaria, ya que nos brinda protección frente a las infecciones, lo que puede ser más importante a medida que envejecemos.

Por otro lado, otros datos indican que reducir el colesterol después de un episodio cardíaco importante, como un ataque al corazón, tiene beneficios. En otras palabras, si los pacientes padecen alguna enfermedad cardíaca grave que ponga en peligro su vida, la reducción del colesterol es un método válido para disminuir el riesgo de sufrir problemas cardíacos en el futuro.

¿En qué situación nos encontramos?

Si usted tiene el colesterol muy elevado y es menor de 65 años, lo normal sería reducirlo. En los pacientes que han sufrido un ataque cardíaco o los que tienen un riesgo elevado de padecer problemas cardíacos, es probable que la reducción del colesterol elevado también sea eficaz para prevenir futuros episodios. En otras situaciones, debido a los problemas que presentan las investigaciones publicadas, es difícil saber qué es lo mejor. Necesitamos con urgencia más ensayos clínicos imparciales. También es probable que debamos dejar de hacer referencia y confiar en algunos de los estudios más antiguos publicados sobre las terapias para reducir el colesterol.

Para reducir el colesterol, los medicamentos con estatinas son el método estándar que se usa como primera opción. Lamentablemente, algunos pacientes no toleran estos medicamentos. Además, elevan el riesgo de padecer diabetes. Los métodos naturales para reducir el colesterol, cuando son indicados, podrían ser una opción razonable para algunas personas que tienen dificultades para reducir sus niveles de colesterol.

Métodos naturales contra el colesterol elevado

Por suerte, para quienes necesitan reducir los niveles de colesterol, existen varios métodos naturales que pueden ser efectivos.

1. Dieta

La dieta puede influir en la reducción del colesterol, y el tipo de grasas que consumimos puede aumentar o disminuir los riesgos. Los ácidos grasos trans, o grasas trans, son grasas fabricadas por el hombre que tienen una mayor estabilidad y una vida útil más larga. Lamentablemente, también repercuten de forma evidente y negativa en la salud del corazón.

El consumo de grasas trans eleva el colesterol LDL y aumenta el riesgo de sufrir un infarto, un accidente cerebrovascular y la muerte. Está demostrado que las grasas trans no tienen cabida en una dieta saludable. Al revisar las listas de ingredientes, cualquier grasa que figure como “hidrogenada” es una grasa trans y es mejor no consumirla.

Las dietas que tienen un alto contenido de ácidos grasos monoinsaturados parecen tener efectos beneficiosos evidentes sobre el colesterol y las enfermedades cardíacas. El aceite de oliva es rico en grasas monoinsaturadas. Un gran número de pruebas indica que el consumo de un 20 % de calorías procedentes de grasas monoinsaturadas reduce el riesgo de padecer enfermedades cardíacas, incluida la reducción de los infartos en un 20 %.

También se sabe que los frutos secos son saludables para el corazón. Numerosos estudios han descubierto que el consumo de frutos secos reduce el colesterol total y el colesterol LDL. En general, una porción de unos 45 gramos de frutos secos al día es una cantidad razonable. Las pruebas más contundentes se centran en las nueces y las almendras; sin embargo, los estudios sobre las avellanas, las pacanas, los pistachos, los marañones, las macadamias y los cacahuates parecen revelar beneficios.

2. Fibra soluble

La fibra es importante para la salud. Algunas de las investigaciones más recientes señalan que por cada siete gramos de aumento de fibra, se reducen los riesgos de sufrir enfermedades cardíacas en un 9 %. La fibra soluble, del tipo que se encuentra en la avena, el psilio y la linaza, parece ofrecer beneficios moderados a la hora de reducir el colesterol total y el colesterol LDL. Probablemente actúan uniéndose al colesterol en el tracto digestivo y eliminándolo del cuerpo.

3. Extracto de bergamota

La bergamota es una fruta cítrica del tamaño de una naranja, pero con una corteza de color amarillo verdoso. Se ha utilizado durante mucho tiempo como aromatizante del té Earl Grey. Desde hace poco, los ensayos clínicos sobre el extracto de bergamota han documentado efectos de reducción del colesterol. Según un análisis de todos los estudios sobre la bergamota para el colesterol, la mayoría mostraron beneficios notables, con reducciones del colesterol total de hasta el 31 % y del colesterol LDL de hasta el 40 %. Los autores del estudio concluyeron que la bergamota resulta ser una alternativa prometedora para el control del colesterol.

4. Fitoesteroles

Los fitosteroles son esteroides vegetales que poseen posibles efectos antiinflamatorios y antioxidantes. Según las investigaciones, los beneficios incluyen el equilibrio del azúcar en la sangre y una actividad reductora del colesterol. En los estudios se ha descubierto que unos 2 g de fitoesteroles al día pueden reducir el colesterol LDL entre un 8 % y un 10 %.

Es probable que los fitosteroles, que están presentes en grandes cantidades en los frutos secos, las semillas, los aceites, los frijoles y los cereales integrales, contribuyan a los beneficios de estos alimentos para la salud del corazón. Los fitoesteroles también son liposolubles y aparentemente funcionan mejor cuando se consumen con alimentos y grasas. En forma de suplemento, la forma en que se extraen y procesan puede ser determinante para obtener beneficios terapéuticos.

5. Ajo

Aunque a lo largo de los años los estudios sobre los beneficios del ajo para reducir el colesterol han sido contradictorios, el mayor meta-análisis reciente muestra efectos importantes. En promedio, los suplementos de ajo redujeron el colesterol total en 17 mg/dl y el LDL en 9 mg/dl. Los autores del estudio concluyeron que estos beneficios deberían reducir el riesgo de sufrir episodios cardíacos en un 38 % en una persona promedio de 50 años.

Conclusión

El colesterol elevado es un tema complejo que requiere más investigaciones imparciales para comprender plenamente los mejores métodos de tratamiento. En el caso de las personas menores de 65 años que presentan un nivel de colesterol muy elevado, o en pacientes que han sufrido un infarto o tienen un riesgo elevado de sufrir episodios cardíacos, la reducción del colesterol debería ayudar a disminuir el riesgo de empeoramiento de las enfermedades cardíacas.

Aunque los métodos estándar pueden reducir el colesterol, las opciones naturales suelen producir menos efectos secundarios. Según las investigaciones publicadas, la dieta y varios suplementos, como la bergamota, los fitoesteroles y el ajo, parecen aportar beneficios.

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