Su preferencia se ha actualizado para esta sesión. Para cambiar permanentemente los ajustes de su cuenta, vaya a
Recuerde que puede actualizar su país o idioma de preferencia en cualquier momento en
> beauty2 heart-circle sports-fitness food-nutrition herbs-supplements pageview
Haga clic para ver nuestra Declaración de accesibilidad
Aplicación de iHerb
checkoutarrow
CR

Cómo funciona la inmunidad + Prácticas para reforzar nuestras defensas

56,696 visualizaciones

anchor-icon Índice de contenidos dropdown-icon
anchor-icon Índice de contenidos dropdown-icon

¿Cómo funciona el sistema inmunitario?

Todo el mundo sabe que el sistema inmunitario protege a nuestro organismo de las infecciones; la forma exacta en que funciona resulta más misteriosa. Hay dos partes del sistema inmunitario: el sistema inmunitario innato y el adaptativo. Cada parte consta de componentes únicos y funciona de distintas maneras para proteger nuestro organismo.

¿Qué es la inmunidad innata?

La parte innata de nuestro sistema inmunitario incluye defensas no específicas como el hecho de que nuestra piel es ligeramente ácida, lo cual impide que las bacterias crezcan en ella. Otro gran ejemplo de inmunidad innata es la mucosa que recubre nuestra boca. Esta sustancia viscosa contiene enzimas que matan cualquier cosa dañina que comamos.

¿Qué es la inmunidad adaptativa?

La parte adaptativa de nuestro sistema inmunitario es mucho más específica y estratégica. En lugar de eliminar todo aquello con lo que entra en contacto como la parte innata del sistema, esta sofisticada máquina incluye células específicas como los linfocitos T y B. Estas células cuentan con receptores específicos que reconocen cuando cosas extrañas, como los virus o las bacterias, ingresan al organismo.

Las células T tienen receptores específicos que les ayudan a identificar estos patógenos y a organizar un ataque contra ellos desde el sistema inmunitario. Las células B son interesantes debido a que pueden cubrir a los patógenos con anticuerpos de la misma manera que cubrimos las papas fritas con salsa de tomate, para hacerlas más sabrosas. Cuando una bacteria o virus se cubre de anticuerpos, se vuelven “muy sabrosos” para el sistema inmunitario y es posible destruirlos con facilidad. Fin del juego: ¡nuestro organismo nos ha protegido y no nos enfermamos!

‌‌‌‌¿Qué efecto tiene el cambio de estaciones en mi sistema inmunitario?

Algunas investigaciones apuntan a que la disminución de la luz del día debido al cambio de estaciones se correlaciona con la función inmunitaria. Cuando los días son más cortos, algunas de las células del sistema inmunitario innato no funcionan con la misma intensidad que con una exposición más prolongada a la luz solar. Estas investigaciones también revelaron un mayor aumento de las bacterias patógenas, lo que tiene sentido, ya que parte del sistema inmunitario no funciona con la fuerza que debería.

¿El estrés puede afectar mi sistema inmunitario?

La mayoría de las personas señalan un aumento del estrés en la época de las fiestas. Por lo general, el aumento del estrés se traduce en un aumento de nuestra hormona del estrés, el cortisol. Este aumento de cortisol tiene diferentes efectos en nuestro sistema inmunitario dependiendo de cuánto tiempo dure el estrés. Con el estrés a corto plazo, la parte innata de nuestro sistema inmunitario se estimula mientras que la adaptativa se suprime, lo cual altera nuestro sistema inmunitario y posiblemente se traduzca en una menor protección para el organismo.

El cortisol elevado que estimula el sistema inmunitario puede provocar una respuesta inflamatoria elevada en el organismo. Con frecuencia, la liberación de citoquinas proinflamatorias viene acompañada de un alto nivel de cortisol. Estas moléculas pueden aumentar el nivel de intensidad de una respuesta inflamatoria, indicándole a nuestro sistema inmunitario que despliegue o cree células inmunes. En teoría, una respuesta inflamatoria elevada supone la base de muchas cosas que pueden provocar mala salud y/o fatiga, ¡ya que el despliegue de muchas células inmunes utiliza mucha energía!

¿Cómo influye la alimentación en la salud inmunitaria?

¿Se acuerda de ese viejo dicho, “somos lo que comemos?” Bueno, ¡es verdad! Nuestra alimentación desempeña un papel importante en la salud de nuestro sistema inmunitario. Los micro ( piense en vitaminas y minerales) y macro ( piense en proteínas, carbohidratos y grasas) nutrientes desempeñan un papel importante a la hora de mantener un sistema inmunitario sano. Muchos minerales como el zinc son fundamentales para reforzar tanto el sistema inmunitario innato como el adaptativo

Otras vitaminas, como la vitamina E pueden ofrecer un refuerzo antioxidante para prevenir los daños causados al organismo por la ingestión de comida chatarra, que estimula de forma natural una alta respuesta inflamatoria. La vitamina E también puede ayudar a la creación de componentes inmunes, como las propias células.

‌‌¿Qué ajustes en el estilo de vida puedo hacer para reforzar mi sistema inmunitario?

Ponga en práctica el control del estrés

La adopción de buenas técnicas de control del estrés puede ayudar a mantener niveles saludables de cortisol y puede contribuir en gran medida a mantener un sistema inmunitario saludable. Existen diversas formas de controlar el estrés, como el ejercicio físico, y también formas más cognitivas, como la meditación u otras prácticas de atención plena. Al igual que una habilidad, el control del estrés requiere tiempo para incorporarse a su vida. Así que sea amable consigo mismo mientras trabaja para lograrlo.

Siga una dieta rica en nutrientes

Las dietas ricas en nutrientes que incluyen alimentos integrales y una amplia variedad de tipos de alimentos son excelentes para mantener un sistema inmunitario saludable. Nuestro cuerpo puede obtener muchos más nutrientes a partir de un trozo de pollo y una ensalada que de un bol de cereales azucarados.

Duerma bien

El sueño también cumple un papel muy importante en la función inmunitaria. Ser conscientes de nuestro ritmo circadiano natural es fundamental para producir una buena cantidad de energía. La falta de cantidad y calidad de sueño puede perturbar nuestro sistema inmunitario, lo que aumenta la susceptibilidad a las infecciones. La calidad y cantidad del sueño es importante y puede verse reforzada mediante la práctica de una buena higiene del sueño. Esta práctica incluye dormir en una habitación oscura, evitar los aparatos electrónicos antes de acostarse e irse a la cama antes de las 11 p. m. Las ayudas naturales para dormir, como el magnesio y la melatonina, también pueden ayudar a fomentar un ciclo de sueño saludable. 

‌‌‌‌¿Qué suplementos puedo tomar para fortalecer mi sistema inmunitario?

Muchos suplementos pueden ayudar a promover una respuesta inmunitaria saludable, tales como la equinácea, la vitamina D, el zinc, los probióticos y la vitamina C.

1. Equinácea

La equinácea es una planta botánica y generalmente representa un nombre colectivo para algunas especies distintas de plantas. La Echinacea angustifolia, Echinacea pallida y la Echinacea purpurea son formas comunes de estas plantas. La equinácea se ha utilizado en todo el mundo por su capacidad para reforzar el sistema inmunitario. Los componentes activos específicos de la planta se llaman ácido dicroico y equinacósido que permiten que la equinácea cumpla su función.

Un dato curioso de la equinácea: puede disminuir la duración del resfriado común. Las investigaciones también han señalado su efecto positivo a la hora de promover una respuesta inflamatoria saludable. Este compuesto botánico ha sido objeto de estudios para estimular la parte innata del sistema inmunitario, lo que se traduce en un aumento de la defensa del organismo contra los patógenos. Algunas investigaciones han demostrado que algunas formas de equinácea también pueden tener un efecto positivo en la parte adaptativa del sistema inmunitario.

2. Vitamina D

La vitamina D es un nutriente fundamental y necesario para el buen funcionamiento del sistema inmunitario. Se produce de forma natural en el cuerpo a través del contacto de nuestra piel con la luz UV. Al vivir en espacios cerrados y evitar el sol, que son prácticas populares en el mundo moderno, muchas personas carecen de esta vitamina esencial. La vitamina D desempeña un papel importante en la descomposición de nuestros alimentos para liberar nutrientes clave. Puede ayudar específicamente a la descomposición adecuada del azúcar, lo que teóricamente promueve una respuesta inflamatoria saludable en el organismo.

Un dato curioso: ¡nuestras células inmunitarias tienen cierta capacidad para crear vitamina D! Esta vitamina fundamental ayuda a mantener una buena función inmunitaria innata y adaptativa. También existen teorías de que un nivel bajo de vitamina D puede aumentar la susceptibilidad a las infecciones y/o contribuir a la hipersensibilidad/reactividad inmunitaria.

3. Zinc

El zinc es un mineral clave esencial para el buen funcionamiento del sistema inmunitario. En la década de 1960, los científicos descubrieron la deficiencia de zinc y su correlación con la función inmunitaria. A partir de este descubrimiento, se han realizado innumerables estudios de investigación que exploran los numerosos beneficios del zinc. El zinc es como un mensajero que envía las señales correctas tanto al sistema inmunitario innato como al adaptativo para que puedan “hablar” y actuar de forma eficiente.

El zinc también es un elemento clave para crear anticuerpos. Hay que recordar que antes hablamos de que el sistema inmunitario “hace más sabrosos a los patógenos” cubriéndolos con anticuerpos. Este proceso que depende del zinc es clave para que otras células inmunes eliminen los invasores infecciosos como las bacterias o los virus.

4. Probióticos

A lo largo de los años, se ha demostrado que los probióticos ayudan a mantener la salud intestinal, pero ¿qué tiene que ver con la inmunidad? ¡Gran parte del sistema inmunitario reside en el intestino! Estas bacterias benéficas promueven una saludable respuesta inmunitaria innata y adaptativa. Una de las características de los probióticos es que pueden bloquear físicamente una bacteria patógena para que no se adhiera al intestino. Esta acción puede ayudar a evitar infecciones.

Muchos probióticos también promueven una respuesta inflamatoria saludable, básicamente al ayudar al sistema inmunitario a decidir la intensidad de la respuesta que necesita poner en marcha. Una respuesta inflamatoria saludable es la clave para el buen funcionamiento del sistema inmunitario.

5. Vitamina C

La vitamina C es una vitamina hidrosoluble que es fundamental para el buen funcionamiento de la inmunidad innata y adaptativa. La vitamina C desempeña una función extraordinaria como antioxidante que se puede aprovechar para reparar el revestimiento intestinal. Esto podría ayudar a rechazar patógenos de manera similar a la acción de los probióticos, y así evitar que estos patógenos se adhieran al intestino.

La vitamina C también puede ayudar a las células del sistema inmunitario innato a crear algo llamado especies reactivas de oxígeno o ERO. Esta sustancia química puede ser secretada por las células inmunes y puede destruir los patógenos.

Por suerte, en un momento en el que nuestro sistema inmunitario es más vulnerable, ¡hay estilos de vida y mejores prácticas relativas al uso de suplementos que pueden servir de apoyo a nuestro sistema cuando más lo necesita!

Referencias:

  1. Yatim KM, Lakkis FG. A brief journey through the immune system. Clin J Am Soc Nephrol. 2015;10(7):1274-1281. doi:10.2215/CJN.10031014
  2. Gassen J, Proffitt Leyva RP, Mengelkoch S, et al. Day length predicts investment in human immune function: Shorter days yield greater investment. Psychoneuroendocrinology. 2019;107:141-147. doi:10.1016/j.psyneuen.2019.05.011
  3. Segerstrom SC, Miller GE. Psychological stress and the human immune system: a meta-analytic study of 30 years of inquiry. Psychol Bull. 2004;130(4):601-630. doi:10.1037/0033-2909.130.4.601
  4. Brown MM, Bell DS, Jason LA, Christos C, Bell DE. Understanding long-term outcomes of chronic fatigue syndrome. J Clin Psychol. 2012;68(9):1028-1035. doi:10.1002/jclp.21880
  5. Childs CE, Calder PC, Miles EA. Diet and immune function. Nutrients. 2019;11(8):1933. Publicado el 16 de agosto de 2019. doi:10.3390/nu11081933
  6. Missiroli, S., Genovese, I., Perrone, M., Vezzani, B., Vitto, V., & Giorgi, C. (2020). The role of mitochondria in inflammation: From cancer to neurodegenerative disorders. Journal of clinical medicine, 9(3), 740.
  7. Besedovsky L, Lange T, Haack M. The sleep-immune crosstalk in health and disease. Physiol Rev. 2019;99(3):1325-1380. doi:10.1152/physrev.00010.2018
  8. Worthen M, Cash E. Stress Management. In: StatPearls. Treasure Island (FL): StatPearls Publishing; 29 de agosto de 2020.
  9. Drewnowski A, Dwyer J, King JC, Weaver CM. A proposed nutrient density score that includes food groups and nutrients to better align with dietary guidance. Nutr Rev. 2019;77(6):404-416. doi:10.1093/nutrit/nuz002
  10. Ding G, Gong Y, Eckel-Mahan KL, Sun Z. Central circadian clock regulates energy metabolism. Adv Exp Med Biol. 2018;1090:79-103. doi:10.1007/978-981-13-1286-1_5
  11. Zhai Z, Liu Y, Wu L, et al. Enhancement of innate and adaptive immune functions by multiple Echinacea species. J Med Food. 2007;10(3):423-434. doi:10.1089/jmf.2006.257
  12. Gaspar RC, Botezelli JD, Kuga GK, et al. High dosage of vitamin D regulates the energy metabolism and increases insulin sensitivity, but are associated with high levels of kidney damage. Drug Dev Res. 2017;78(5):203-209. doi:10.1002/ddr.21394
  13. Aranow C. Vitamin D and the immune system. J Investig Med. 2011;59(6):881-886. doi:10.2310/JIM.0b013e31821b8755
  14. Wessels I, Maywald M, Rink L. Zinc as a gatekeeper of immune function. Nutrients. 2017;9(12):1286. Publicado el 25 de noviembre de 2017. doi:10.3390/nu9121286
  15. Shankar AH, Prasad AS. Zinc and immune function: the biological basis of altered resistance to infection. Am J Clin Nutr. 1998;68(2 Suppl):447S-463S. doi:10.1093/ajcn/68.2.447S
  16. Yan F, Polk DB. Probiotics and immune health. Curr Opin Gastroenterol. 2011;27(6):496-501. doi:10.1097/MOG.0b013e32834baa4d
  17. Carr AC, Maggini S. Vitamin C and immune function. Nutrients. 2017;9(11):1211. Publicado el 3 de noviembre de 2017. doi:10.3390/nu9111211

DESCARGO DE RESPONSABILIDAD:Este CENTRO DE BIENESTAR no pretende proporcionar diagnóstico... Más información